Un día nuestros sueños nos llevaron de vuelta a Canfranc...

... recordé mis primeros esquís en Candanchú, mis primeros campamentos en Canal Roya, mis primeros pasos como monitor de tiempo libre en la casa de colonias junto al río, mis primeras escaladas en el Coll de Ladrones. Cuántos primeros pasos en un mismo lugar. Pero sobre todo recordé aquel olor a aceite quemado de los trenes en la estación, su vestíbulo, la gente subiendo y bajando del tren, sus largas y agradables cuatro horas desde Zaragoza, montañeros, esquiadores...cómo ha cambiado todo, ¡qué abandono!
Por un momento entristecí mientras se desvanecían aquellas imágenes, como si del color pasasen al blanco y negro. Sentí la necesidad de hacer algo, y así fué. Ahora subo casi todos los fines de semana; veo como la Estación se transforma, me manifiesto por la reapertura del Canfranc, paseo por sus montañas, observo su naturaleza, fotografío sus paisajes, convivo con sus gentes y vuelvo a deslizarme por su nieve.
Pero lo mejor es que todo ésto no lo hago solo, sino con mi mujer y mis hijos. Y contagiamos a familiares y amigos. ¿Te contagias tú también?

22 sept 2010

GUIRANDANA DE LAY, HECHICERA DE VILLANÚA

Mediante proceso criminal en la ciudad de Jaca en 1461, Guirandana de Lay, mujer de Villanúa, fue acusada de hechicera y envenenadora y condenada a la hoguera.

Guirandana de Lay habitaba en Villanúa, pero en el proceso no se indica su lugar de nacimiento. Aunque por la toponimia de su apellido, podría ser de origen bearnés. De hecho eran muchos los bearneses afincados en Aragón, y no pocos de ellos (casi siempre mujeres) juzgados por brujería y hechicería. También gracias a este proceso conocemos un único pariente, su madre, Vicienta, cómplice de sus crímenes.

El proceso se inicia el 12 de marzo de 1461, ordenándose su “busca y captura”, hecho que tiene lugar al día siguiente en Villanúa, siendo la acusada trasladada a Jaca donde se le exponen los cargos de los que se le acusa:

-         En diciembre de 1460, en el molino harinero de Villanúa, dio pan mezclado con hierbas venenosas a la niña de 11 años de edad, Agnes, hija de Blas de Acín, cayendo ésta semimuerta y extinguiéndose su vida poco después.
-         En septiembre de 1460 dio hierbas mortíferas a Sancha, hija de Sancho Latorre mientras estaban en unas viñas de Villanúa. Sancha quedó moribunda sin esperanza de recuperación.
-         En marzo de 1460 fue a casa de Bertrana, mujer de Rodrigo La Cambra, y la visitó en su telar, donde tras una discusión le pasó unos polvos por la boca que le hicieron caer al suelo agonizante sin remedio.
-         En enero de 1461 envenenó a Gracica, nieta de Sancho Acín, uno de los siete acusadores. Al pasar la niña por delante de la puerta de la casa de Guirandana, ésta le dio algo para comer mezclado con hierbas mortíferas. Gracica cayó al suelo y murió a continuación.
-         Otro día de enero de 1461, Guirandana dio una poción venenosa a María, hija de Esteban D’Osán. Se le infló el vientre y murió emponzoñada.
-         En mayo de 1458 fue a ver a Sancha Ximénez, Mujer de Sancho Bescós, y junto a una acequia le untó la boca con agua mezclada con polvos mortíferos. De ello enfermó y murió.
-         En septiembre de 1457 dio una pócima venenosa en una manzana a Blasquico Callizo, hijo de Sancho Callizo, uno de los acusadores. Murió envenenado.
-         También en septiembre de 1457 dio pociones venenosas en un cuarto de manzana a Gil D’Acín, hijo de Blasco D’Acín. También murió. En este caso acusan de complicidad a su madre Vicienta.
-         Se le acusa de que fue y es ponzoñera, mala y perversa confirmándolo así diecisiete personas en el lugar de Villanúa. Y fue y es mujer de mala fama en voz pública en la ciudad de Jaca, Villanúa y allí donde había noticia de ella, considerándole la líder “cap e bordon” de las ponzoñeras.
-         Se le acuse de haberse jactado y de alabar sus acciones, como corroboraban muchos hombres del lugar.


Por consiguiente el fiscal pidió al juez que la acusada fuese quemada en la hoguera y obligada a pagar los gastos del juicio mediante el embargo de sus bienes.
Los días 13 y 14 de marzo se le realiza el primer interrogatorio a la acusada. En un primer momento se declara inocente, pero ante las preguntas del Lugarteniente del Justicia acaba reconociendo sólo el envenenamiento de Gil D'Acín, aunque con la ayuda de otras, especialmente de su madre Vicienta. También acaba declarando y nombrando al resto de ponzoñeras y ponzoñeros que le acompañaban: Sancha Fatás, el matrimonio Betrán y Andrea, Peregrina la viuda, Graciana de Beneduges y su hija Contessa, María de Pes de La Cura, y su propia madre Vicienta.

El 24 de marzo de 1461 el Notario Martín de Rayza, comunicó los cargos a Guirandana por petición del procurador fiscal, y ella encomendó su alma  a Dios y a la Virgen María. También se hizo una tasación de las costas del juicio que sumaron 83 sueldos, 4 dineros y 15 florines. El lugarteniente del Justicia de Jaca ordenó ejecutar el embargo de los bienes de la acusada para satisfacerlas.

En el proceso criminal a Guirandana de Lay no consta la ejecución de la sentencia, pero es de imaginar que sería quemada en Jaca.

Posteriormente  en 1498 la Inquisición de Zaragoza procesó, condenó y quemó por delitos de brujería a Narbona d’Arcal  de Cenarbe (aldea de Villanúa). Más tarde la Justicia seglar (civil) aragonesa procesó por el delito de brujería y hechicería a varias mujeres de Villanúa: Juana Sánchez (1575), Juana La Cura (1590) y Monserrat Mayayo (1590).

LA CUEVA DE LAS GÜIXAS

Bajo el macizo de Collarada, en el municipio oscense de Villanúa de Jaca, se encuentra la cueva de Las Güixas.
La existencia de estas cavidades se remonta a la última era glaciar, hace 25.000 o 30.000 años. Desde entonces, el agua, gota a gota, ha creado uno de los paisajes espeleológicos más bellos del Pirineo Aragonés, donde las estalactitas y estalagmitas florecen a lo largo de sus 800 metros de recorrido.
Según se avanza hacia el interior, la cueva va ganado altura, sonidos y formas, hasta llegar a la "catedral". En esta sala la altura alcanza los 16 metros y las formaciones pétreas se manifiestan en todas sus variantes. Columnas que unen suelo y techo, cortinas que dejan entrever a los primeros murciélagos que se asoman curiosos ante los extraños, y figuras con formas familiares que despiertan la imaginación de los visitantes.
La gruta de las Güixas, debe su nombre a un agujero que ilumina una de las salas que la componen. Cuenta la leyenda que aquí, bajo esta "chimenea", las brujas hacían aquelarres e imploraban al demonio. Se supone que éste era un espacio donde encontraban las condiciones perfectas para realizar sus ritos y ver a través de la "chimenea", la luna y las estrellas, elementos imprescindibles en sus ceremonias. Aunque la palabra “güixa” se cree que viene de guija, una legumbre parecida a las habas con la que se hace la harina de almortas, ingrediente principal de las gachas. No obstante las brujas hacían conjuros y hechizos con habas, y es posible que utilizasen guijas para invocar al demonio.
Pero las bruxas (brujas en aragonés) no fueron los únicos habitantes de esta cueva sino que, hace ya 10.000 años los hombres del Neolítico vivían en estas salas, las mismas que sirvieron de guarida y almacén a muchos hombres que lucharon durante las guerras Carlistas y en la Guerra Civil.
No todas las reuniones brujeriles eran iguales. Había encuentros de dos tipos que se llamaban Esbat o Sabbat. Las primeras eran de importancia menor, más habituales, y podían realizarse en mayor número de sitios: encrucijadas de caminos, bosques, ruinas o incluso casas. El Sabbat, sin embargo, se reserva para días especiales, como la Noche de Difuntos o la de San Juan, y los lugares elegidos estaban cargados de energía y misterio. Esos sitios reservados para los grandes aquelarres solían ser o los prados situados sobre las cimas de las montañas, o las inmensas cuevas que existen en el interior de esas mismas montañas, sin olvidar otros lugares de ambiente encantados como algunos famosos castillos deshabitados. De hecho, tanto los legajos de la Inquisición, como la tradición popular, señalan muchos lugares donde las bruxas celebraban sus reuniones o chuntas en Aragón.
La Cueva de As Güixas, se abre al lado de un dolmen, dato importante pues relaciona de alguna manera los ritos atribuidos a las brujas, con la antigua religión de los pueblos megalíticos, y en definitiva, relaciona el mundo de los vivos y el culto a los muertos.
Las bruxas que se dirigían volando a sus lugares de reunión se encontraban en un punto concreto pasada la hora mágica de la medianoche. Allí todas juntas rendían culto al diaple o diablo, que se presentaba como buco (macho cabrío), como hombre oscuro montado en un buco o en un caballo negro, con perro, o en la figura humana con partes de animal, como patas de cabra, cuernos, orejas de carnero... Así, con todos estos datos y el espacio subterráneo de la Cueva de las Güixas de Villanúa, nos podemos imaginar las fantasmagóricas escenas que legendariamente han tenido lugar en esta famosa gruta.

POEMA


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 CANFRANC
Es la piedra y el reino de la piedra
lo que sobre los hombres permanece 
-de niño escondí  en esta tierra mi
inocencia- después de que la lluvia haya cesado. 

Aquí, el águila no importa,
no importa la víbora ni el sarrio.
Sólo la roca aupada contra un cielo azulado
es lo que importa.

Preguntad por el río,
la nieve, por el hielo. Preguntad
por la vida -yo la cogí por estos precipicios-
y nadie sabrá que responderos.

Es tan sólo la roca, lo repito,
lo que señala el valle y la vaguada.

El pueblo, monótono, se aburre,
se emborracha. No existe el horizonte. La roca,
esa mano de Dios petrificada, es la única señal
que al hombre aguarda.

Por José Antonio Labordeta.

5 sept 2010

DE PASEO POR EL VALLE DE IZAS

Desde Canfranc Estación nos acercaremos haste el Fuerte de Coll de Ladrones, al que por el sendero que parte del camino de Santiago se llega en 25 min. (Por la pista es más largo aunque también más sencillo). Una vez junto al Fuerte seguiremos la pista que desciende hacia el Este y en 5 min. nos encontraremos junto a la señal que indica el camino al Valle de Izas-Formigal marcado con las señales de la GR-11.
Ascenderemos poco a poco, por bosque primero y por una pedriza (la cantalera) después. Ganaremos altura hasta situarnos al comienzo de los prados en otros 40 min. Desde aquí tenemos una bonita vista del valle con el Campanal de Izas al fondo a la derecha. Siguiendo el sendero GR y en unos 20 min. nos topamos con una bifurcación. El camino de la izquierda nos lleva a la Cascada de las Negras; un precioso lugar para refrescarse en familia e incluso con suerte fotografiar al escaso tritón pirenáico. (20 min.)
Si seguimos la GR-11 por el camino de la derecha llegaremos hasta el refugio de Iserías en unos 25 min. (1700 m.) Aquí se nos plantean otras dos opciones: seguir hasta el final del valle que nos lleva hasta la estación de esquí de Formigal, a los pies del Anayet por el Norte y la Pala de Ip y Punta Escarra al Sur; o como segunda opción, para los más fuertes, tomar el camino que asciende al ibón de Samán. Éste sendero se toma junto a una gran roca en medio de la pradera frente al refugio de Iserías.. Nos llevará ascendiendo poco a poco hasta el refugio de las vueltas de Iserías en 50 min. (1950 m.) Con suerte veremos Edelweiss por el camino. Seguidamente el camino gira 180º y ascendiendo por una faja rocosa llegaremos al ibón de Samán en otros 40 min. (2150 m.)
Hay que tener en cuenta que los horarios dependerán de los participantes y de las paradas que se realicen a lo largo del recorrido, pero son aproximadamente los siguientes:

- Cascada de las Negras: 2 h. (regreso 1h. 10 min.)
- Ibón de Samán: 3h. 30 min. (regreso 2h. 30 min.)
- Collado de Izas: 3h. 30 min. (regreso 2h. 30 min.)

4 sept 2010

ASCENSIÓN A PEÑA OROEL

Peña Oroel (1769 m.) es una sencilla ascensión con bonitas panorámicas de los picos más importantes del Pirineo Central. Recomiendo llevar la cámara de fotos, especialmente en días despejados.
Desde Jaca, tomaremos la A-1205 en dirección a San Juan de la Peña y Bernués. Tras unos 6,5 km. tomaremos una pista asfaltada que en 2,5 km. nos dejará en el mirador de Oroel. Aquí dejaremos el coche y podremos aprovisionarnos de agua. (1186 m.)
Frente al restaurante del mirador y junto a un depósito de agua parte un sendero que va cogiendo altura en dirección sur a través de un frondoso bosque de pinos. A unos 40 min. el bosque comienza a cambiar y aparecen los abetos, mientras tanto el camino continúa subiendo hacia el oeste atravesando un pequeño muro de piedra conglomerada. Tras 1h. 30 min.accederemos al collado de Oroel (1727 m.) desde donde iremos cresteando hasta la cima occidental o antecima. A unos 5 min. encontraremos unas marcas que indican la ruta de la Virgen de la Cueva, pero continuaremos por los pastos que ascienden hasta la cima marcada con una cruz (1769 m.)
El descenso lo haremos por donde hemos subido, pero si vamos bien de tiempo podemos desviarnos a visitar la ermita de la Virgen de la Cueva, que nos supondrá un adicional de 1 h. sobre la 3 h. que cuesta aproximadamente nuestro itinerario inicial. Que disfrutéis en familia.